lunes, 20 de septiembre de 2010

Justo tres segundos

No entraba en mis planes.
No era algo que hubiese imaginado más que en sueños absurdos de hacía tiempo... y desde luego no contaba con ello.
Y me encontré enfrente de un problema que no podía resolver.

No podía escapar del problema, como habría hecho normalmente, ya que estaba justo delante de mi.
En cierto sentido estaba entre la espada y la pared.

Solo tenía una cosa en mente, me quedaban menos de tres segundos para decidir que quería hacer.


Razón o corazón.




Sabes... nunca fui capaz de usar la razón... mi instinto es demasiado fuerte... tengo demasiado corazón.
Quizás sea mi mayor fuerza o mi peor debilidad, pero asumo que es parte de mí.


Quedaban dos segundos.


Era una escena surrealista, una especie de deja-vù.
Me recordaba a una escena de hace tiempo solo que esta vez no lo había provocado abiertamente...
Mi mente sobrecargada disparaba sin acertar a ningún blanco.
No se me ocurría una solución que atase todos los cabos.


Y recordé algo que me he repetido miles de veces.


-Si tienes que elegir, elige la opción de la que menos te vayas a arrepentir... el corazón.


Quizás mi subconsciente me llevó a que solo quedase un segundo.



No se si me arrepentiré de seguir mis instintos.

Me da igual, porque después de todo solo hay una vida.
Y si voy a cometer errores, quiero haber sentido que necesitaba cometerlos...



Así que escogí saber lo que habría pasado si lo hubiese hecho.





Espero que os guste este relato, está basado en una experiencia que yo viví y seguro que más de uno se siente identificado con ella.
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viernes, 10 de septiembre de 2010

Para los corazones rotos

Últimamente veo muchos corazones rotos...

Son personas que andan con una sombra de lo que fue su sonrisa, lloran solos, en silencio, desconsolados sabiendo que nunca recuperarán el tiempo pasado. Viven de sus recuerdos y se alimentan de su propia tristeza y del consuelo ajeno.


Sueñan con esa persona que les robo su chispa de vida y desean más estar a su lado que olvidarla.


Es su sueño oculto y perversamente masoquista...

Quisiera darles mi cariño, mi comprensión, llorar sus penas para aligerar el peso de su corazón, abrazarles cuando no puedan más y decirles al oído que todo saldrá bien... que algún día, desearán más olvidar a esa persona que volver a estar a su lado.


Y entonces todo cambiará.


Cúrate, por favor
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