Deseos ocultos.
Placeres prohibidos.
Sueños insoñables.
Esas cosas que tenemos a dentro y que nos queman poco a poco.
Ocultas, en su rincón, esperando a que estés vulnerable para atacarte.
Son pequeños botones que si presionas en el momento adecuado se convierten en tu perdición.
Te sientes culpable por desear algo, por ser de una manera.
Intentas ocultarlo, pero siempre acaba saliendo a la luz.
Amantes de lo imposible, del odio y del morbo.
Del amor y del desengaño.
Amantes de los problemas y de ser incorrectos.
De lo sucio y de lo mundano.
De los vicios, de la melancolía, de lo errante y sobretodo amantes de lo imperfecto.
Porque dentro de cada uno de nosotros hay un pequeño monstruito al que decimos odiar.
Un monstruito al que alimentamos en secreto y que crece dentro de su jaula hasta que un día la rompe.
Porque lo que somos, es mucho más grande que lo que queremos ser o aparentar.
Porque ese monstuito es nuestra mayor debilidad
Y sucumbió a la tentación
de morder la manzana.
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