Piensa en ello todo el tiempo.
Oblígate a verlo.
Obsesiónate.
Dale mil y una vueltas.
Destrúyelo y vuelve a construirlo.
Sabes que está ahí.
Obsérvalo.
Memoriza cada error.
Haz que sea enfermizo, pero solo dentro de ti.
No dejes que salga.
Enciérrate en ello.
Aborrécelo.
Presiónate para volver a verlo otra vez.
Y cuando te hartes, deja que vuele.
Eres libre.
¿Lo entiendes ahora?
lunes, 22 de octubre de 2012
Desengaño
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