sábado, 29 de noviembre de 2014

El Ritmo

Tenemos los ojos cerrados.

No vemos lo que hay delante de nuestras narices.

A veces queremos abrir los ojos.
A veces queremos seguir con los ojos cerrados, porque es cómodo.
Otras, alguien quiere abrirnos los ojos. Incluso a la fuerza.

Pero así no funciona.
Si abres los ojos a la fuerza, si los abres demasiado deprisa, la luz te dejará ciego.

Cada persona tiene su ritmo para abrir los ojos, cada uno necesita procesar las realidades de una forma diferente.
Y tú no puedes obligar a nadie (ni a ti mismo) a abrir los ojos. Puedes ayudar, dar herramientas, pero debes dejar que suceda por su por si solo.

Porque todos hemos nacido sin saber. A nadie deberían cerrarle los ojos contra su voluntad.
Y nadie debería ser obligado a abrir los ojos antes de tiempo.
Encuentra el ritmo
Leer más...

sábado, 8 de noviembre de 2014

El Desamor

Amor, sé que hablo mucho de ti, y más aún aquí, pero hoy voy a hablar de tu hermano, no tan bonito como tú, el Desamor
En una reflexión durante uno de mis largos y habituales viajes en bus, he llegado a una conclusión, el Desamor es cómo ese plato de comida que tanto odiaba cuando era niña:

Primero le hacía el vacío al plato, estaba a otra cosa, "aún no tengo hambre""¿plato? ¿qué plato?"

Luego, cuando mi estómago empezaba a rugir, me cabreaba, "¿por qué tengo que comer esa bazofia?""¡no pienso comerme ni un bocado"

Después trataba de negociar con mis padres "sólo me comeré dos cucharadas""¿y si no me lo como que pasa?"

Entonces, mis padres se hartaban y me obligaban a comérmelo y yo me lamentaba "está asqueroso""siempre me toca a mi comer lo peor, ¿por qué?"

Y por último, aceptaba que el sufrimiento solo acabaría si me acababa el plato, no había excusas ni condiciones... así que me lo terminaba.

Salvando las distancias, el desamor es muy parecido.
El Desamor es un plato de tristeza que no queremos ni probar. 

Pensamos que podemos pasar de él, pero, aunque en la vida real, de la comida horrible a veces se puede pasar, del desamor no se puede.
La única forma de acabar con esta tristeza es comértela, es llorar, lamentar, sin resistirse a ella, aceptar que tienes que pasar por ella para llegar a estar mejor.

No es fácil, para qué mentir, pero hay que aceptar que el dolor está ahí y no puedes pasar de él, así no desaparece, sino que crea angustia en tu interior.

Y esto, realmente se puede aplicar también a otros tipos de "duelo", otras luchas internas en las que perdemos algo y necesitamos aprender a vivir sin ello.


Para poder seguir adelante, hay que dejar el pasado atrás y tener la vista al frente.
Para poder volver a amar, hay que desamar.



Paradójico es que haya que 
estar triste para poder dejar de estarlo

Leer más...