martes, 28 de febrero de 2012

Soy yo

Yo.

¿Qué es yo?
Más bien, ¿quién soy yo?

Soy una chica nacida y criada en Madrid que con 10 años me fui a vivir a un pueblecillo de las afueras, cerca y muy lejos a la vez. Tan lejos en algunos sentidos que parece como si fuese una vida distinta.

Y sí, he tenido una vida "fácil".

Sí, digo fácil entre comillas porque es dentro del concepto que suele tener la gente de fácil, aunque a mi no me haya resultado tan fácil.

Sobre mi, podrían decirse muchas cosas. Y mucha gente ha dicho cosas.
Algunas realmente absurdas, propias de quien no te conoce, de alguien a quien le conviene decir algo sobre ti.

A primera vista, soy normal y corriente.
Más bien alegre que cualquier otra cosa.
Habladora, tranquila, curiosa y cabezona dicen.
Se volverme loca.
Tengo millones de caras... pero todo el mundo tiene millones de caras, aunque la gente no lo asuma.
Creo en el cambio, pero también en una especie de predestino.
No que estemos determinados a hacer algo, más bien a que la vida nos pone oportunidades únicas y nosotros tomamos decisiones...

No me gusta pelear, pero sí discutir las cosas.
Cuando decido que quiero algo, hay dos opciones, o lo consigo o dejo de quererlo.

Soy comprensiva y muy criticona, sin duda.
Pero ojo, aseguro que en todas mis críticas hay verdades y siempre veo el lado bueno de la gente... hasta que acaban con mi paciencia, e incluso así no soy destructiva.

En muchos sentidos, muy libre.
En muchos otros, responsable.

Soy buena investigando, tengo un buen instinto y me gusta ponerme en la piel de los demás.
Me rio con facilidad y descontroladamente mejor aún.

Tengo más amigos chicos que chicas. Se podría decir que me siento más cómoda con los chicos, son más divertidos, más atrevidos... puedo aprender mucho de ellos. También tengo amigas chicas, está claro, pero me cuesta más congeniar con ellas.

Soy algo mandona... pero tolero las opiniones de los demás y las escucho.
Cuando me enfado con alguien simplemente paso de esa persona.
Me importa lo que piensen de mi, no seré tan hipócrita de negarlo, pero me importa más lo que yo deseo hacer.

Le doy vueltas a todo menos a lo que debería dárselas...
Me echo las culpas de lo malo que me pasa, pero estoy aprendiendo a echarmelas también de lo bueno (gracias, Javi)

Pienso que las personas son más bien buenas, pero que no les han enseñado a comprender a los demás. Casi todo lo malo que sucede, en mi opinión, es por culpa de malentendidos.

Soy independiente, no me gustan los celos, la posesividad, nada de eso... y cuando noto que siento algo así, lo detesto.
Creo en la innovación, en probar cosas aunque no parezcan correctas de buenas a primeras.

Creo que hay que confiar en la gente hasta que tu instinto te advierta de que te andes con ojo o te den motivos para desconfiar.
Soy muy sentimental, pero poco emocional. Una combinación poco usual, supongo.

Se hablar de mis problemas "superficiales"... pero a la hora de la verdad, como siempre me reprochan, no suelo dejar que nadie me ayude cuando estoy mal de verdad.

Creo en el amor y me parece triste que la gente crea convencidamente que el odio existe y en cambio la existencia del amor sea siempre puesta en duda.
Y soy romántica, a mi modo. Me gusta el cariño de los demás, y la confianza.

Me gustan los pequeños detalles como el olor de una persona, su sonrisa, la mirada, el tono de voz... o simplemente esos detalles que hacen que una persona sea encantadora en su esencia.

Cuando veo a una persona la juzgo automáticamente. Todos lo hacen y quien dice que no, miente.
Aunque mi opinión sobre la gente es totalmente flexible hasta que conozco bien a una persona.
Me conozco bien (obvio, poca gente puede escribir tanto sobre si misma)
Y estoy llena de defectos que no es nada difícil encontrar y que día a día intento solucionar.

Podría seguir escribieno muchas líneas sobre mi, pero realmente creo que con esto hay bastante que saber y dudo que alguien lo lea (lo escribí más para mi misma)... pero en caso de que sea así, si no me conoces, este es el segundo mejor modo de conocerme... el primero es hablar conmigo.
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viernes, 17 de febrero de 2012

Nobody cares

En las películas, una lágrima, una sola lágrima llena de sentimientos, es capaz de curar la peor de las heridas. Hacer volver a alguien a la vida. Lo que sea.

Pero esto es la realidad.

Una lágrima, por mucho sentimiento que lleve, no va a acabar con los errores, no hará renacer la tierra ni curará heridas.
Aún así, si una lágrima te puede hacer sentir mejor, desahógate, llora.
Deja que la herida escueza y no finjas que no la tienes, seguirá ahí por mucho que la ignores.



Aunque no lo entiendas, no llorar sería un error.
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jueves, 16 de febrero de 2012

¿Te conozco?

Actitudes pueblan este mundo. Prejuicios.
Parece que la gente solo habla mal.
Pero, llámame optimista, yo creo que simplemente no tenemos una opinión muy formada.

A veces algo te parece bien, otras mal, otras simplemente pasas.
Y aunque las personas puedan cambiar de opinión, cuando realmente se cala a alguien, se saca una opinión fija, que no cambia con facilidad.



Ese tipo de opinión que tienes de tus mejores amigos o de tus peores enemigos, o simplemente de los viejos conocidos.

Y en el fondo es encantador que tardemos tanto en definir a alguien del todo, porque sino sería imposible llevarse sorpresas con la gente y conocer a los demás, sería aburrido.

Si no costase tanto conocer a las personas, no sería tan especial conocer de verdad a alguien.


Atrévete a conocerme
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miércoles, 15 de febrero de 2012

La felicidad express

No es que las cosas vayan mal o bien, es que parecen no ir.
Todo sucede deprisa, pero nada marca la diferencia... de momento.

Quizás lo que me pasa es que ahora no veo que es lo que va a pasar o está pasando... y en cambio puedo mirar al pasado y darme cuenta de lo que nos ha llevado aquí.

Deseo más acción. Me gustan las emociones intensas, las miradas, descubrir pequeños secretos, los fines de semana, las fiestas, la felicidad express...

Entre esperas, solo quedan recuerdos y ahora no es momento de recordar.

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domingo, 12 de febrero de 2012

Fuimos niños

¿Nunca piensas en las cosas que echas de menos de la infancia?
Yo añoro el compañerismo, la diversión limpia, los juegos infantiles, la risa fácil y sobretodo, sobretodo la pureza genuina de las palabras.

Sin duda crecer es genial, pero los recuerdos son importantes, son parte de nosotros.
Y quiero y deseo que cada buen momento regrese a mi en forma de sonrisa y que los malos simplemente pueda mirarlos y decir: "aprendí la lección"
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miércoles, 1 de febrero de 2012

Y así veo el mundo

La vida es un baile de máscaras.

Sonrisas, enfados, tristezas... nadie sabe realmente si son o no son.
Es lo que mostramos al mundo, nuestra máscara, pero, ¿realmente somos así?
Las máscaras ocultan lo que somos, decimos que nos defienden del mal del mundo, que nos otorgan privacidad.
Y en cierto sentido es así.
Pero en el vertiginoso baile, todos deseamos encontrar a alguien delante de quien podamos quitarnos la máscara, encontrar a alguien a quien poder mostrarle nuestro verdadero yo.

Porque a menudo necesitamos que alguien nos diga quien somos, porque de tanto llevar la máscara lo hemos olvidado.

Pero casi nadie está preparado para ver la realidad detrás de la máscara, ya que pocos tienen el corazón abierto. Porque las personas le tenemos miedo a lo desconocido, a abrir los ojos y ver que las cosas no son como pensábamos.
Miedo a que el mundo que conocemos se derrumbe, a un mundo sin máscaras.
Tanto es el miedo a la verdad, a lo desconocido, que hay gente que nunca llega a quitarse su máscara o gente que llega a tener más de una y juega a que una de ellas es la realidad.
No es tan simple.

Somos lo que somos y nadie tiene derecho a juzgarnos. 
Nadie vivió nuestras vidas y nadie sabe que nos ha llevado a cada acierto o cada error.

Y es que las personas tienden a juzgar a los demás, olvidando que ellos también llevan una máscara.

¿El mundo está preparado para ir a cara descubierta?

Yo creo que aún no.

Aún faltan muchos valores como:

Respeto
Escucha
Empatía
Consciencia
Honestidad
Comprensión

Y ante todo, abrir el corazón


Quítate esa máscara de indiferencia
y mira dentro de mi corazón
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