Últimamente he estado y estoy mal, no es ningún secreto.
Pero últimamente, había estado reuniendo fuerzas y me sentía mejor. Esto me hizo llegar a un punto de tomar un compromiso conmigo misma. Decidí que tenía que levantarme y comenzar a cambiar poco a poco los hábitos y las situaciones que me estaban dañando, en lo que estuviese en mi mano.
Y he comenzado a avanzar con los huesos rotos, ojeras y una mochila pesada encima, sabiendo que tengo un largo camino para estar bien, pero que cada paso cuenta.
Pero al primer paso me ha empezado una tormenta en la cara. Después del primer cuatrimestre del máster tenía un viaje programado para ver a mi novio, después de 4 meses y descansar, recuperarme, pero han cerrado su provincia y no puedo viajar. Era una posibilidad desde el principio, pero eso no cambia que duela.
Dinero que no creo que recupere, incertidumbre porque no sé cuando le veré y tristeza, mucha tristeza.
Ahora tengo que terminar lo que me queda de cuatrimestre y me veo haciendo trabajos entre lágrimas. Más aún que antes.
Es difícil sentirse así.
Me estoy esforzando mucho y me duele mucho hablar de esto, y más con mis personas cercanas. No quiero que se cansen de mi tristeza, sobre todo, cuando lo estoy gestionando, sé que puedo.
Pero parte de mi forma de gestionar mis sentimientos es expresarme y por eso estoy aquí, donde pocos me miran y lo agradezco en el alma. Sé que a pesar de que odie sentirme vulnerable y sentimental, es bueno que sea capaz de desahogarme de alguna forma.
Porque en realidad, no puedo hacer nada, no hay nada en mi mano para solucionar esto, excepto digerir mis emociones y seguir avanzando. Las cosas malas que me pasan no cambian que quiera avanzar, sólo lo hacen más difícil. Pero si tengo que llorar, lloraré, aunque tenga abierto un word y vaya tecleando palabras cuando cojo un poquito de fuerza.
Sé que tengo el apoyo de muchos, que tengo el cariño de mi gente. Y siempre es algo bonito que tener. Me da fuerzas. Pero con quien estoy mal es conmigo misma, en primer lugar de todo. Y tengo que trabajar en entenderme a mi misma y mejorar mi propia situación es mi prioridad.
Tengo que aceptar que me voy a equivocar, como antes he hecho y que eso no puede ser un motivo para dejar de esforzarme. Tengo que aprender a aguantar la frustración y a tener mecanismos para desahogar todo lo que siento. Vamos, que hay mucho por mejorar.
En fin, si has llegado hasta aquí, gracias por leerme, no te preocupes, saldré adelante.
Lo siento por el tostón.
Me voy a seguir trabajando (literalmente)