martes, 9 de marzo de 2021

Mejorar es un camino duro

Llevo un tiempo trabajando para mejorar mis hábitos, mi forma de ser, mi ánimo y en general mi vida.

Cómo todo cambio, lleva tiempo y no es fácil. Todos los días tengo que recordarme actuar así porque es lo mejor para mí y estoy aprendiendo algunas cosas que a mi me están funcionando:

  • Exigirse demasiado no funciona, es frustrante porque es muy posible que no consigas tanto.
  • Equivocarse una, dos o cincuenta veces no es razón para rendirse (la mayor parte de las veces), aunque se sienta como una.
  • Fijarse en el daño irreparable no tiene sentido excepto para estar prevenido de que puede volver a pasar. Hay que mirar lo que sí puedes hacer o prevenir ahora.
  • Expresar tus sentimientos es útil si sabes cómo, cuándo y con quién, enterrarlos en cambio no sirve para nada aunque parezca más fácil porque no te toca enfrentarte a ellos.
  • Intentar recordar cualquier pequeña victoria del pasado puede dar fuerzas y no infravalorarlas, porque a veces son lo único que tenemos.
  • Nadie te va a salvar. Eso es tu propia responsabilidad. Hay quienes te van a apoyar, tender una mano, pero nadie puede con su propio peso y con el tuyo todo el camino.
  • La flexibilidad es una gran virtud para cambiar, te permite no verlo todo blanco o negro y relativizar las situaciones.
  • Cambiar es difícil, pesado, no siempre gratificante y te hace ver todo lo que haces mal. Pero es necesario.
Sigo teniendo mucho camino por delante y sigo teniendo cambios por hacer, pero poco a poco voy haciendo pequeñas cosas que mejoran mi vida y teniendo pequeños logros personales.

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