miércoles, 1 de febrero de 2012

Y así veo el mundo

La vida es un baile de máscaras.

Sonrisas, enfados, tristezas... nadie sabe realmente si son o no son.
Es lo que mostramos al mundo, nuestra máscara, pero, ¿realmente somos así?
Las máscaras ocultan lo que somos, decimos que nos defienden del mal del mundo, que nos otorgan privacidad.
Y en cierto sentido es así.
Pero en el vertiginoso baile, todos deseamos encontrar a alguien delante de quien podamos quitarnos la máscara, encontrar a alguien a quien poder mostrarle nuestro verdadero yo.

Porque a menudo necesitamos que alguien nos diga quien somos, porque de tanto llevar la máscara lo hemos olvidado.

Pero casi nadie está preparado para ver la realidad detrás de la máscara, ya que pocos tienen el corazón abierto. Porque las personas le tenemos miedo a lo desconocido, a abrir los ojos y ver que las cosas no son como pensábamos.
Miedo a que el mundo que conocemos se derrumbe, a un mundo sin máscaras.
Tanto es el miedo a la verdad, a lo desconocido, que hay gente que nunca llega a quitarse su máscara o gente que llega a tener más de una y juega a que una de ellas es la realidad.
No es tan simple.

Somos lo que somos y nadie tiene derecho a juzgarnos. 
Nadie vivió nuestras vidas y nadie sabe que nos ha llevado a cada acierto o cada error.

Y es que las personas tienden a juzgar a los demás, olvidando que ellos también llevan una máscara.

¿El mundo está preparado para ir a cara descubierta?

Yo creo que aún no.

Aún faltan muchos valores como:

Respeto
Escucha
Empatía
Consciencia
Honestidad
Comprensión

Y ante todo, abrir el corazón


Quítate esa máscara de indiferencia
y mira dentro de mi corazón

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